matrimonio infantil

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y la Convención sobre los Derechos del Niño consideran el matrimonio infantil una forma de matrimonio forzoso, ya que los niños y niñas, dada su edad, no tienen la habilidad inherente para dar su consentimiento pleno, libre e informado. Según las normas en materia de derechos humanos consagradas en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, el matrimonio infantil es una práctica perjudicial. La prohibición del matrimonio entre menores de 18 es una garantía de que las responsabilidades que el matrimonio implica no son asignadas a o impuestas sobre niños o niñas antes de tiempo y sin su consentimiento. Como forma de respetar la capacidad evolutiva y la autonomía en la toma de decisiones del niño o de la niña que afecta o a su vida, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y la Convención sobre los Derechos del Niño convinieron que en circunstancias excepcionales pueden permitir el matrimonio de un niño o niña con madurez, con al menos 16 años, con tal de que tal decisión sea hecha por un juez o jueza, siempre que la decisión se base en motivos legítimos de carácter excepcional definidos por la ley y sustentadas en la madurez del niño o niña, sin la diferenciación a la cultura o la tradición. El matrimonio infantil, el matrimonio a edad temprana y el matrimonio forzoso están interrelacionados, pero son términos distintos. Sin embargo, se han combinado de todas formas posibles y se utilizan indistintamente sin ninguna definición explicita o, al menos, aclaración respecto al alcance de la ambigüedad que rodea cada etiqueta. La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y la Convención sobre los Derechos del Niño acordaron utilizar el término «matrimonio infantil y/o forzoso».